martes, 21 de diciembre de 2010

BUSCAR TRABAJO ES UN TRABAJO

¿Estás en el paro?

Si es así, posiblemente tienes o has tenido un cierto sentimiento de culpa. Esta sensación de sentirse culpable, aunque el despido se deba a causas completamente ajenas a la propia voluntad o actitud, es muy común y desafortunadamente no hace más que agravar una situación que, como punto de partida, es negativa.

Es el momento de la autocompasión. De acuerdo, pero hay que dedicarle como máximo cinco minutos. A partir de ahí, es hora de afrontar la situación con una actitud positiva y teniendo en mente que la búsqueda de empleo es en sí misma un trabajo y se trata de un trabajo que requiere mucha más energía que cualquier otro.

Como en todo proyecto, hay que fijar objetivos para comenzar, teniendo en cuenta que un objetivo siempre tiene que reunir las siguientes condiciones:

Concreto
¿Qué tipo de trabajo buscas? ¿Se trata de un puesto en una empresa privada o tu objetivo es la Administración Pública? ¿Consideras el autoempleo como una alternativa? Si esta opción te parece interesante, antes de tomar una decisión deberás recabar información sobre la conveniencia de actuar como autónoma o si lo conveniente y viable es constituir una sociedad de responsabilidad limitada.

Estas son solo unas cuestiones que todos nos deberíamos plantear al iniciar la búsqueda de empleo pero en cada caso, surgirán algunas más.

Claro y compresible
El punto anterior debe poder definirse en un corto párrafo que sea comprensible por todos.

Realista
Los sueños son algo bonito pero en la mayoría de los casos inalcanzables y de lo que se trata es de ser pragmático y conseguir el objetivo. Luego, hay que descartar todo aquello para lo que no estés preparada o sea poco idóneo para tu perfil.

Es necesario tener en cuenta la situación personal y las propias posibilidades.


Realizable
Quizá lo que te gustaría es un empleo público con un cómodo horario y buen salario pero, salvo contadas excepciones, no parece que sea un objetivo realizable.

Es muy probable que las opciones estén en una empresa privada, con horario partido y lo que se denomina “salario convenio”.

Es más que probable que la razón por la que quieres un horario cómodo, sea por razones familiares. A lo mejor te interesaría explorar la posibilidad de trabajar media jornada.

Mensurable
La búsqueda de empleo requiere una estrategia que conlleva la elección de empresas a las que se hará llegar el currículum. Tanto si optas por la respuesta a ofertas publicadas como si optas por la auto-candidatura, es necesario hacer un seguimiento de las respuestas recibidas, para evaluar si se está adoptando la estrategia adecuada.

Igualmente es imprescindible evaluar los recursos con que se cuenta como punto de partida, a modo de ejemplo se enumeran a continuación los que se estiman básicos:

Formación adecuada al puesto al que se quiere optar
Experiencia en un puesto similar
Buena actitud emocional
Flexibilidad y capacidad de adaptación (nada es totalmente blanco ni absolutamente negro), siempre se pueden buscar vías de negociación.
Red de contactos tanto profesionales como sociales y familiares
Capacidad de innovación y reciclaje.

Encontrar el empleo indicado, algunas veces, es una tarea complicada: una mala entrevista, enfoque equivocado del cv, la respuesta a ofertas poco ajustadas al perfil profesional, entre otras pueden ser variables que influyen negativamente en el resultado final.

Con fecha de vencimiento
Es necesario fijarse un plazo razonable para lograr el objetivo, si transcurrido ese plazo, no se han conseguido los resultados esperados, en este caso, un empleo remunerado, sino de acuerdo con las expectativas, sí acorde al mercado, si continuas en el desempleo, es obligatorio replantearse la situación.

Hay que analizar las causas, si se deben a falta de formación por lo que no se cumplen los requisitos demandados, habrá que volcarse en conseguir una mejor preparación. Si por el contrario, el perfil se ajusta a lo demandado por las empresas y tras la entrevista personal, el proceso de selección se queda estancado, quizá el problema resida en la actitud.

Este análisis puede mostrar muchos más motivos, similares o distintos de los expuestos pero en todo caso, será necesario re-plantear el problema.

En este artículo se han tratado exclusivamente los objetivos a plantearse cuando se emprende la ardua labor de buscar empleo, básicamente empleo por cuenta ajena. Una vez dado este paso, hay que actuar en consecuencia. Preparar un currículo atractivo y a medida de la empresa que se busca. Es preciso hacer una investigación exhaustiva (Internet es muy útil en este caso) para conocer que actividad desarrolla la empresa a la que se va a remitir el currículum, el número de empleados, las cifras facturación anual, accionariado, etc...

Con esta información es más sencilla la elaboración del currículum y por supuesto, será clave en la entrevista personal.

Que duda cabe, que en el trabajo de buscar trabajo, el apoyo de los nuestros es crucial en todos los sentidos, las redes familiares y sociales (amigas/os y conocidos) son importantísimas, pueden proporcionar contactos, ideas... Pero no hay que desestimar igualmente las redes profesionales, y aquí hay que tener en cuenta a los antiguos compañeros y jefes, los contactos que se establecieron con otras empresas, clientes, proveedores, otros miembros de la asociación, etc...

Para finalizar, es importante tener en cuenta las redes profesionales existentes en Internet de las que en breve se publicará información completa, dado que no son algo trivial o frívolo o peligroso, siempre y cuando se sepan utilizar.


M. Claudia Londoño

sábado, 18 de diciembre de 2010

EL MIEDO ESCENICO ANTE LA ENTREVISTA DE TRABAJO

Este miedo es muy habitual, en realidad se trata de los nervios con los que se afronta una situación en la que queremos transmitir lo mejor de nosotros mismos.

Durante un proceso de selección el objetivo del entrevistador es conocer las principales características del entrevistado y su potencial para encajar en el puesto ofertado y en la compañía.

Hay que evitar presentar un perfil de alguien diferente. Por ello es muy importante la confianza en uno mismo y la autoestima.

La falta de autoestima puede ser tan relevante en nuestra vida, que nos impida desarrollar actividades, para las cuales estamos capacitados.

Hay que destruir los pensamientos irracionales de que se tiene un solo concepto de sí mismo y que éste es positivo o negativo siempre. Todos disponemos de determinadas fortalezas y debilidades y siempre se pueden modificar aquellos comportamientos que no se consideren positivos .

La confianza en uno mismo puede resumirse como fe en las propias capacidades, superando las dudas y asumiendo riesgos razonables. Ser asertivo y no agresivo. Orientarse a las metas u objetivos. Asumir los propios errores.

Los cambios constantes que vivimos actualmente demandan ajustarse a nuevos estilos de vida que requieren adquirir nuevas habilidades. Todo ello ejerce una gran presión que requiere de una buena dosis de auto confianza para poder hacerle frente, pero, ¿cómo lograrlo?

· Siempre que nos encontremos ante sentimientos y emociones negativas sobre nosotros mismos, hay que cambiar ese estado de ánimo, es necesario ver las cosas desde un aspecto positivo, teniendo presente que los fracasos sirven para aprender.

· Recordar que lo que se dice y se piensa son órdenes para el cerebro.

· Creer en uno mismo. Resulta útil tener una “reserva de logros”, de cosas provechosas hechas a lo largo de la vida, cosas de las cuales sentirse orgulloso. Cuando se tiene baja la autoestima, hay que examinar esa reserva y recordar lo que nos motivó para conseguirlas.

· Visualizar mentalmente lo que se quiere lograr, vencer la predisposición al fracaso y eliminar los pensamientos negativos: “es muy difícil” o “es imposible”.

· Ser disciplinado, pues en la medida en que uno se disciplina en las pequeñas cosas que le cuestan trabajo, uno se respeta más, y en esa misma proporción crece la auto confianza. La disciplina da seguridad, nos hace sentir que tenemos el control de nosotros mismos.

· Asumir las actitudes a las que se aspira: cuando alguien te pregunte: ¿cómo estás? lo mejor es contestar: “muy bien”, aunque no sea así. Cuando se sienta inquietud o ansiedad, actuar como si se sintiera tranquilidad. El comportamiento cambia el pensamiento.

El gran riesgo es pecar de exceso de confianza ya que puede acabar convirtiéndose en arrogancia y prepotencia, especialmente en el caso de aquellos que carecen de habilidades sociales. La autosuficiencia nos hace cometer errores.

Resulta muy aconsejable hacer un análisis de las propias fortalezas: formación, actitud, habilidades de comunicación y relación, etc...

En contenido de las preguntas en la entrevista de trabajo suele girar en torno a las habilidades, inquietudes, motivación y expectativas del candidato, luego dado que se trata de una situación previsible, puede prepararse anticipadamente.

Es recomendable invertir un tiempo en definir aspectos clave como qué expectativas se tienen respecto a esa empresa en particular, cuáles con las fortalezas y en que áreas de esa empresa podría desarrollar una mejor labor.

Sirve de gran ayuda llevar a cabo una simulación de la entrevista con amigos y familiares.

Igualmente es muy importante tener toda la información posible sobre la empresa y el contenido del puesto.

lunes, 13 de diciembre de 2010

LA APARIENCIA SÍ IMPORTA

Se suele decir que el periodo más crítico cuando se conocen dos o más personas o nos presentamos ante un público son los cinco primeros minutos. Lo que se percibe en ese breve lapso de tiempo tiende a persistir. Si esa primera impresión es positiva, hay mucho terreno ganado; si es negativa, para reconducir la situación, se necesitará tiempo y esfuerzo.

Por otro lado, si bien la primera impresión es capital para el establecimiento de relaciones fructíferas, la “última” es también relevante. Al cierre de una reunión, al finalizar un acto social en fin al despedirse, una actitud positiva y afable produce en los demás ganas de continuar esa relación.

La buena presencia, la imagen que se proyecta se puede definir como "algo de naturaleza visible o concreta". No significa belleza o apostura, implica algo más. La buena presencia se refiere al porte, aspecto y apariencia de una persona. Realmente, una buena presencia que comunique lo mejor de uno mismo, implica encontrar el equilibrio apropiado.

El porte, la imagen personal óptima no se consigue con ropa cara o accesorios ostentosos, tampoco, adoptando actitudes histriónicas. Se trata de lograr una armonía tanto interna como externa. Es una forma de comunicación no verbal. Un atuendo inadecuado puede provocar un sentimiento de exclusión en un acto profesional o social. Por el contrario, un atuendo adecuado para la ocasión aporta mayor seguridad, adaptación y aceptación socio-profesional.

La expresión "Imagen Personal" es mucho más amplia que el simple concepto de vestido, pues hace referencia también al conjunto de rasgos físicos, gestos, movimientos, tono de voz, estilo al caminar, forma de mirar, etc. imagen personal equivale en este sentido a estilo o tono vital.

Cuando una persona se presenta, mucho antes de pronunciar una sola palabra, ha transmitido ya a los demás gran cantidad de datos e ideas. Aunque no se sea consciente de ello, todo el mundo proyecta su personalidad a través de la imagen.

Quizá lo primero que se ve en la gente, aparte del aspecto personal, la expresión facial y la forma de moverse. Si los movimientos y gestos son pausados y naturales, la imagen que se proyecta es armónica, equilibrada y segura.

El cuerpo y la expresión de la cara revelan más de lo que algunas veces se quiere. Reflejan lo que interiormente se siente y no se dice. A veces, el comportamiento no verbal contradice lo que se quiere expresar a través de la palabra. Por ejemplo, una persona que normalmente es pasiva y sumisa y trata de demostrar toda la autoridad de la que es capaz en lo que dice y en el tono de voz que utiliza, mientras que la postura del cuerpo y la indecisión de sus gestos, hace que resulte poco creíble.

La comunicación no verbal de carácter visual es muy importante. Con los ojos se dicen muchas cosas. De la intensidad, la duración y la decisión de la mirada, el lugar donde se mira y como se mira podemos deducir una serie de cosas.

Por ejemplo, si en un lugar público dos personas se miran fijamente, una simple observación nos permitirá saber si se trata de una pareja que se mira con arrobo o son dos personas que se están evaluando en medio de una disputa o si por el contrario, se trata de una conversación en la que ambos están sumamente interesados.


Las personas se miran más cuando simpatizan entre sí, cuando dicen la verdad y saben de qué hablan.
R.L. Birdswhistell


El entorno cultural tiene una gran importancia con respecto a fijar más o menos la mirada en los otros. Los árabes acostumbran a mirar fijamente al interlocutor en el curso de una conversación. En cambio, en muchos países de Oriente, se considera de mala educación mirar fijamente y a los norteamericanos les resulta extraño que una persona le mire mucho mientras hablan aunque se inquietarían si ésta no les dirige la mirada al hablar.


Mención aparte merece todo lo referente al espacio personal que se define como el espacio que rodea a cada ser humano. El término proxemia fue introducido por el antropólogo Edward T. Hall en 1963 para describir las distancias que establece el ser humano al relacionarse con otros, ya que el modo en que el hombre utiliza este espacio o territorio influye en su capacidad de relacionarse con otros, de sentirnos cercanos o lejanos. Se trata de una burbuja imaginaria en la que cada uno nos sentimos seguros y que se amplia o disminuye según las circunstancias.

El Dr. Hall subdividió esas necesidades en un intento de estandarizar la ciencia proxémica, estableciendo cuatro zonas distintas en la que mayor parte de los hombres actúan. Las clasificó del siguiente modo:


Zona íntima (15 a 45 centímetros).
Sólo acceden los padres, el cónyuge y/o el amante, los hijos, los amigos íntimos y los parientes. Hay una subzona que llega hasta unos 15 centímetros del cuerpo y a la que otra persona puede llegar sólo mediante el contacto físico: es la zona íntima privada.

Zona personal (entre 46 centímetros y 1,22 metros).
Es la distancia que separa a las personas en una reunión social, o en la oficina, y en las fiestas.

Zona social (entre 1,23 y 3,6 metros).
Es la distancia que separa a los extraños: la calle, el fontanero o el carpintero que hace reparaciones en casa, el cartero, los proveedores, el nuevo compañero en el trabajo o la gente que no se conoce bien.

Zona pública (a más de 3,6 metros).
Es la distancia cómoda para dirigirse a un grupo de personas, como es el caso de los políticos, conferenciantes y profesores.
Sin embargo, estas zonas tan claramente diferenciadas varían en cuanto a la distancia establecida según el entorno social y cultural. También tiene una gran influencia el sexo. La investigación en comportamiento no verbal ha demostrado en nuestra cultura y en otras (quizá la mayoría), que la Proxémica varía mucho según las relaciones sean entre hombres o entre mujeres.

La noción de espacio es muy diferente para las distintas culturas. De nuevo es Hall quien establece el orden siguiente entre diferentes grupos étnicos, teniendo en cuenta la percepción territorial.

Los árabes, mediterráneos (y los latinoamericanos por razones étnicas y de herencia) y africanos pertenecen a culturas de contacto, mientras que norteamericanos, escandinavos, anglosajones y asiáticos pertenecen a culturas en las que por razones diversas se rehuye el contacto y el espacio personal o burbuja es más amplio.

Esta diferente percepción del espacio personal entre las distintas culturas suele ser fuente de malentendidos e incomprensión. Por ejemplo, en la Europa mediterránea, el tocar al interlocutor es una forma más de comunicación, en realidad se trata de captar su atención. La misma distancia y actitud hacia un japonés o un americano puede resultar ofensiva y en lugar de captar su atención, se producirá una postura de rechazo.

En una misma cultura también se establecen diferencias de distancias entre sexos, posición jerárquica y entre edades.

Las buenas maneras, la presentación personal, el lenguaje verbal y no verbal, el respeto de patrones culturales, las posturas, gestos y la expresión facial tienen gran importancia en la comunicación.

En general, las cuestiones que se exponen a continuación son aplicables a todos los ámbitos de nuestra vida pero cobran especial relevancia en el entorno de la empresa:

La buena presencia, el ser y sentirse agradable a la vista de los otros, hace a las personas más seguras de sí mismas, lo cual mejora en gran medida su desarrollo personal, profesional y social.

Cuanto más prominente sea la posición que se ocupe en una organización, tanto mayor será la importancia de proyectar una imagen profesional intachable.

Las buenas maneras, el protocolo social y la etiqueta en el mundo de los negocios está empezando a penetrar con fuerza como una herramienta más de la estrategia empresarial.

Extraído del libro de M. Claudia Londoño “Cómo Sobrevivir al Cambio: Inteligencia Emocional y Social en la Empresa” editado por FC Editorial

domingo, 12 de diciembre de 2010

“Nuestro tiempo en parte nos lo roban, en parte nos lo quitan, y el que nos queda lo perdemos sin darnos cuenta”, dijo Séneca.

El que esté libre de culpa... ¿quién no se ha encontrado alguna vez escribiendo listas de cosas pendientes interminables, tratando de no hacer algo que se considera insoportable o postergando tomar una decisión importante? ¿Quién no se ha visto agobiado porque no se va a cumplir determinado plazo, no ha contestado las llamadas y tiene un montón de papeles por archivar?

Gestionar el tiempo significa controlar la propia vida, el tiempo y trabajo, en lugar de ser dominado por ellos, consiste en saber qué hay que hacer, qué metas se tienen y cómo conseguirlas con el menor consumo de tiempo y de medios.

No implica estar todo el día corriendo. El agobio se debe a la falta de objetivos, planificación, prioridades y visiones de conjunto. La verdadera paradoja en la utilización del tiempo es que nos obsesionamos por controlarlo, cuando lo que se debe hacer es controlar las actividades.

El tiempo no se puede ahorrar ni almacenar, solamente se puede aprovechar, administrar y gastar con prudencia.

La falta de una gestión del tiempo personal se caracteriza por prisas de última hora para cumplir plazos, reuniones innecesarias, jornadas laborales de escasa o nula productividad y crisis que surgen de la nada por falta de planificación. Este tipo de escenario conduce inevitablemente a sufrir estrés y a una baja calidad en los trabajos que debe corregirse lo antes posible.

Una de las claves del éxito en la gestión del tiempo es fijar objetivos claros y bien definidos. Los objetivos constituyen un reto que indica dónde se quiere ir y qué meta se quiere alcanzar. Igualmente es necesario tener un plan de acción para lograrlo.

Tras esta reflexión parece aconsejable:

Fijar objetivos concretos, mensurables y realizables. Una vez establecidos los objetivos, dar un orden de prioridad a cada una de las actividades diarias.

Aprender a decir no a tareas que no son importantes o que pueden realizar otras personas.

Destinar unos minutos al día a la planificación de la propia agenda. De esta forma se dispone siempre preparado un programa de trabajo antes de iniciar la jornada.

Planificar de manera realista

Huir de los malos hábitos y buscar nuevos métodos de trabajo que agilicen las tareas rutinarias, utilizando herramientas y técnicas para mejorar la gestión.

Se denominan ladrones de tiempo todas las acciones, actividades o personas que nos ocupan más tiempo del deseable a la vista del resultado obtenido. Los ladrones del tiempo o interrupciones tienen un doble perjuicio: suponen una pérdida de tiempo en sí mismas y rompen la concentración, reduciendo la capacidad de producir en los minutos siguientes.

Nuestras vidas están compuestas por miles de hábitos útiles, lamentablemente no distinguen lo inútil de lo provechoso; cualquier acción que se repite tiende a convertirse en un hábito, una rutina diaria en la oficina puede convertirse en algo mecánico, simplemente porque siempre se ha hecho así, la cuestión es romper con los malos hábitos, que en este caso se han convertido en ladrones del tiempo, y adquirir algunos nuevos que sean lo que podría denominarse como "cómplices del tiempo”.